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martes, 15 de enero de 2008

Cristianismo E Islam




Por: Juan Sebastián Ohem.


Introducción a un análisis comparativo:

Yendo más allá de las cosmologías y el sentido estético de cada una de estas religiones, y de aquellos rasgos accidentales que producen divergencias dentro del credo mismo en diversas ramas, y partiendo de la división entre solar y lunar, vale la pena indagarse sobre la naturaleza intrínseca, la esencia de ambos credos, y sobre todo en comparación uno con el otro.

Mencionaba la diferencia entre solar y lunar en el marco, no de alusiones a los astros, como en los cultos celestes, sino en su significación espiritual. La luna posee una historia dentro de su recorrido, nace, vive, decae y fallece solo para nacer de nuevo, no es de sorprenderse que las primeras expresiones espirituales tomasen a la luna como vector y guía, en efecto, la idea de los ciclos sentaba muy bien con las comunidades agrónomas de los primeros asentamientos sedentarios humanos. La vida se presentaba en un ciclo, el ciclo de la cosecha que sustentaba la vida de nuestros antepasados, el ciclo menstrual que perpetúa a la especie, el ciclo de las mareas, el ciclo de las temporadas y el clima, etc., aquella concepción de lo que Mircea Eliade, tan atinadamente nombra como “tiempo bio-cósmico” pronto se tradujo a la muerte, el ciclo de la vida y la muerte, la resurrección o vida luego de la vida. Así pues esta concepción se traduce en el paradigma, avatar o más propiamente arquetipo de la luna, en el sentido de la psicología de Jüng, aquel arquetipo incluye nociones tales como lo periódico o cíclico, sentimiento de comunidad (en comparación a aquel de sociedad) y muerte-resurrección. El arquetipo lunar puede tener dos conclusiones, la primera y más común es la del fatalismo del destino, la segunda y mucho menos común, es aquella de la esperanza.

En cuanto al arquetipo solar encontramos que es prácticamente lo contrario, pero no contradictorio, como veremos más adelante, tiene su relación con el sol, astro rey, el cual no presenta una concepción determinada del tiempo, en tanto que es idéntico a si mismo siempre y en toda ocasión, del amanecer hasta el anochecer no cambia, ni cambia dependiendo de la semana, sino que es siempre el mismo. Este arquetipo, asociado en un principio con el sol, no es tan universal como pudiésemos pensar, de hecho solo las civilizaciones más avanzadas presentaron señales de adoración al sol o cultos solares ya establecidos, Egipto, Grecia, etc., y se trata del comienzo del monoteísmo, o bien, del henoteísmo monoteísta, es decir, admitiendo la existencia de muchos dioses, el dios del sol es el que merece mayor adoración. No se trata, sin embargo, del mero culto a la estrella de nuestro sistema, sino que viene asociado a la razón sobre la fantasía, desde una óptica, según la cual la razón ilumina a las cosas, y surge a la par del tratamiento de los metales, técnica siempre asociada, y con razón, al fuego y a la luz. Se refiere pues al concepto de sociedad, que al contrario que la comunidad, cuyo tiempo corre por ciclos, la sociedad avanza siempre de modo lineal, o contempla al tiempo de un modo lineal, como una flecha, y se muestra a sí misma como el sol, regente de todos los planetas, en especial a través del tratado de los metales, aquella técnica permitía a los herreros el reproducir a la naturaleza en un ambiente controlado y de modo más eficaz, le permite pues vivir por encima de la naturaleza, y no por debajo, como hacía en la comunidad, dependiendo siempre de los ciclos naturales.

Desde un punto de vista, no tanto histórico per se, como de filosofía de la Historia, y en concordancia con el idealismo hegeliano, o al menos con la idea de la dialéctica de la Historia, podemos marcar algunas características que han ido evolucionando en tanto a religiones se refiere. Del fetichismo más primitivo, la idea de que las fuerzas de la Naturaleza poseen personalidad, una concepción según la cual el Hombre se encuentra indefenso en un Universo heterogéneo y caótico, al nacimiento del arquetipo de la Luna, conocido como el Eon de Isis, llegando hasta el nacimiento del arquetipo solar, o Eon de Osiris, del punto de vista histórico el Eon de Isis no presenta religiones elaboradas y sistematizadas (una labor netamente racional), sino más bien concepciones espirituales, que no son la misma cosa (sobre esto ahondaremos después), al nacimiento del Eon de Osiris, que es cuando se presentan las religiones ya bien establecidas, sistematizadas y los cultos mistéricos, los cuales podían ser lunares o solares (Mitra o Eleusis) que son los antecesores de las religiones establecidas como las conocemos.

La diferencia entre una concepción espiritual, o sendero espiritual, y una religión, a la cual aludía anteriormente, se debe a que una religión, entendiendo por tal un conjunto de creencias cuya meta es la religación de lo humano a lo divino, mientras que una concepción espiritual abarca todo deseo de religación, no necesariamente a lo divino, puede ser hacia la Verdad, la Belleza, o la Justicia, en fin, y las concepciones espirituales no presentan un conjunto sistematizado de creencias formando una cosmogonía, sino una técnica antes que un sistema de creencias, y esa técnica puede modificarse, hasta cierto punto, para alcanzar la misma meta. Recomiendo mi ensayo “apuntes sobre la naturaleza de la espiritualidad”, la espiritualidad como estética dinámica para más sobre esta cuestión.


Cristianismo:

El cristianismo es, ante todo, la contradicción. Todo en el cristianismo, su eje principal, es la contradicción, se adora a la contradicción y se vive la contradicción, su cosmología entera gira en torno a la contradicción. Esta contradicción es la del misterio del infinito en el finito, de Dios en la Tierra, del Dios-Hombre. Su cosmología irrumpió en escena debido precisamente a esta característica.

Los cultos de su tiempo, por ejemplo los cultos mistéricos helénicos, pues el cristianismo es inconcebible sin Grecia y la influencia que ésta ejerció sobre los judíos de esa época, como el de Eleusis, eran lunares en toda la expresión de la palabra, nos encontramos con concepciones espirituales, o senderos espirituales, que conformaban algo muy similar a un conjunto sistematizado de creencias bien estructuradas y definidas (religión), y su concepción de los ciclos era fatalista, al igual que todos los demás senderos espirituales de la época que se inclinaran hacia lo lunar antes que lo solar. El fatalismo del destino había generalizado una concepción ya inhumana frente a la vida y frente a la divinidad. Los cultos solares, por el contrario, iban ganando cada vez más aceptación, el caso de Mitra es clásico, por no contar que el mundo de la época ya era conformado por sociedades más que por comunidades, sociedades muy racionales y sistematizadoras que buscaban el progreso intelectual, científico y tecnológico viendo siempre al futuro lejano, época de los grandes ejércitos y las grandes conquistas y campañas.

La contradicción del cristianismo no demerita a esta religión, por el contrario la hizo superior a todos los credos de su época y es la razón de su victoria. Combina astutamente los rasgos solares con los lunares, por ello había hecho la aclaración que entre sí son distintos, contrarios quizás, pero no contradictorios. El dios civilizador, aquel que llega de los cielos a educar a su gente, darles el conocimiento y la estructura para formar una sociedad, es un mito típico del arquetipo solar, y Cristo se presenta precisamente de esa forma, que baja del cielo, o en este caso, nace de la virgen, para educar a los Hombres en las cuestiones de Dios, dejando tras de sí la estructura para formar una sociedad, revela el conocimiento de Dios y lo celestial. Sin embargo a la vez presenta la característica lunar por su cosmogonía, la cual se encuentra entre lo romántico y lo trágico (según la dicotomía de la “Metahistoria” de Hayden White), la muerte y la resurrección, la muerte que provee de vida, el drama o tragedia se convierte en ocasión gozosa, en verdad, da vida a la vida y muerte a la muerte. Nuevamente contradicción al hacer del eje de su cosmogonía o conjunto de creencias, la estancia del infinito en lo finito, la comunión en vida de lo infinito, lo divino, lo perfecto, es decir, Dios, con lo finito, imperfecto y humano, es decir, Jesús, este personaje central que se transforma a la vez en criatura viviente y símbolo del significado del cristianismo, o de cualquier religión, la comunión con lo divino, que Jesús consuma en vida.

René Guénon, al hablar sobre las religiones, apunta siempre a que en éstas encontramos dos aspectos, el esotérico y el exotérico, “esotérico” que quiere decir un conocimiento o creencia restringido solo para un grupo de personas o para una persona, que connota significaciones alegóricas y espirituales, mientras que “exotérico” apunta a la estructura externa, o superestructura en todo caso, del conocimiento, o sistema de creencias organizadas y estructuradas, claramente definibles, no restringida para un grupo selecto de personas. Más aún, el autor apunta que el cristianismo, al menos en sus orígenes era un culto esotérico, por la vida de las comunidades cristianas primitivas, el uso de sus mitologías (el árbol de la vida edénico transplantado al sacrificio en la cruz, el significado esotérico de la sangre, etc.) y sus creencias, este culto esotérico, al crecer en número de fieles se transformó en una religión exotérica.

Actualmente el cristianismo se encuentra en franca decadencia, la faz exotérica del cristianismo ha perdido casi todo el poder sobre la política y su peso en la civilización occidental se debe más a la inercia que a otra cosa. En cuanto a su lado esotérico ha sufrido muchas transformaciones y se encuentra igualmente en decadencia, el protestantismo, revolución religiosa sobre la cual ahondaremos más tarde, es hoy día el conjunto de sectas y ramas heterogéneas que mezclan los significados esotéricos con los exotéricos, confundiendo lo literal con lo alegórico en su batalla para sobrevivir.

La contradicción es un elemento importante, la contradicción es el motor del devenir, en el caso del cristianismo, la contradicción es el motor de la espiritualidad cristiana, o de su mística, la cual se nos presenta de muy diversas formas. Es importante destacar que la contradicción, además de ser motor de su mística, es así mismo motor de su dialéctica del poder, en efecto, y no solo referido a la Iglesia católica, o a la ortodoxa, el concepto de poder en el cristianismo es netamente solar, aunque distinto por mucho del concepto islámico, juega siempre en torno a la idea de caridad y amor, y a la vez de severidad y castigo, galopa entre amar al prójimo y condenarle, entre ser misericordioso con el prójimo pero condenar y no permitir la herejía, ni escrita, ni hablada ni siquiera pensada. Esta dualidad entre amor y condenación ha sido muy útil para modificar el discurso conforme a la época, así si ésta la demanda el cristianismo repele las herejías mediante la condenación, y cuando el cristianismo es débil la acepta mediante el amor.



Islam:

Las razones por las que esta religión se impuso sobre los cultos de su época es muy distinta a la del cristianismo, no abraza a la contradicción como eje de su fe, sino que se impuso por el carácter legislador, conquistador y religioso de Mahoma, quien supo cómo unificar lo que antes eran tribus errantes de comerciantes de camellos, en una nación poderosa que viviera bajo leyes bien definidas en una civilización. El Islam es el culto solar por excelencia, su cosmología no es aquella de la dualidad entre el drama y la gloria, ni entre la vida y la muerte, sino que es simplemente adorar a un solo Dios y cumplir sus mandatos.

El Islam no se presenta como Guénon pensaba, en una faceta esotérica y otra exotérica, en ella todo es exotérico, pues plantea una civilización o un modelo de sociedad, un conjunto de leyes y organismos burocráticos que regulen, no solo las actividades religiosas, sino también las de la vida diaria. Como buen culto solar, la definición más perfecta del Islam es la de la adoración al poder. Su conjunto de creencias presentan a un Dios que todo lo decide, y todo lo puede hacer, lo bueno y lo malo, en vez de un Dios que es amor y bondad, como en el caso del cristianismo (muy en disparidad con el Antiguo Testamento y los judíos ortodoxos, quienes le consideran fuente del bien y del mal), frente a un Dios que puede ser bueno o puede ser malo la razón para adorarle no es ya el que sea el Bien o el Amor máximo, sino que se le adora porque es más poderoso que uno.

El Islam, o la sumisión a Dios, que es su significado más literal, plantea el discurso siempre desde esa forma, es decir, que Dios es el amo, el mortal es su esclavo o sirviente, jamás están a la altura uno con el otro, “nada se le asocia” reza el juramento islámico, dejando en claro que Dios no se hace Hombre ni nada semejante. Esta sumisión, presente en la forma del discurso, y en el fondo, no es distinta al cristianismo, en donde si bien el discurso no plantea la relación entre el Hombre y Dios de esa manera, en el fondo quieren decir exactamente lo mismo, “aceptar a Cristo en tu corazón” equivale en realidad a rendir la voluntad del individuo a los designios de Dios.

La adoración al poder es la adoración al Übermensch, es decir, el super-hombre de Nietzsche que está más allá del bien y del mal, solo que trasladado a la esfera divina. El poder es eje central del Islam, mientras que el eje del cristianismo es la contradicción. Sin embargo aquello no impide al musulmán el sostener una relación personal con Dios, los sirvientes en muchas ocasiones sostienen amistades con sus amos, siempre y cuando sepan no cruzar la línea, y de hecho se repite constantemente en el Corán y otros textos sagrados que “no hay mediador entre Dios y los Hombres”, es decir, el sacerdote no es mediador entre el Hombre y Dios, como en el caso del catolicismo, donde solo el sacerdote es capaz de poner a Dios en una galleta y dársela a una persona (es magia ritual), sino que el imam, o iman, es guía de la fe, una persona con mayor conocimiento del Corán que corrige errores y alienta a otros.

El Islam es la exposición máxima del arquetipo solar, mientras que el cristianismo es la síntesis entre el moribundo Eón de Isis, el arquetipo lunar, y el naciente arquetipo solar, o Eón de Osiris. Y entre estas dos etapas nos falta observar un detalle más, la naturaleza de la relación entre Dios y el Hombre en su sentido metafísico.

En los cultos primitivos del fetichismo la divinidad estaba ya ahí con el Hombre, no había necesidad de religarse a ella, el Hombre dependía de la divinidad en todos los sentidos, pero convivía con ella y era subyugada por ella. En las religiones o concepciones espirituales lunares del Eón de Isis encontramos que la divinidad es algo distinto del Hombre, y ya no conviven el uno con el otro, aunque el Hombre se encuentra subyugado por estos dioses debido al fatalismo de la concepción cíclica del tiempo, el destino o suerte que rige el futuro de los Hombres era indiscutible, sin embargo nacía ya la dualidad entre el Hombre y Dios, la divinidad era antropomorfa, era igual al Hombre, solo que en más grande, pero debido a que existía esta dualidad, la religión se hace necesaria para entablar una relación con la divinidad, para religarse a ella.

En el cristianismo esta dualidad se encuentra también presente y el Hombre se encuentra igualmente subyugado por Dios, en el sentido que debe rendir su Voluntad voluntariamente si desea ser salvado de su ira, o más acordemente al discurso cristiano común, a su ira amorosa. Esta dualidad hace que, en el caso del cristianismo, el Hombre se religue al amor de Dios, y por medio del amor. En el Islam la dualidad no podría ser mayor, el Hombre se religa al poder de Dios, pues Dios es en esencia, y la razón por la que se le obedece, poder, el culto al poder, no mediante el poder, sino mediante la sumisión.

5 comentarios:

Camarada_Maltus dijo...

Mis más cordiales saludos.
Debo admitir que me sentí agobiado con tanta información ,pero si se puede decir algo, es lo siguiente, toda religión en lo personal tiene el fin de nublar la razón y dar explicaciones a cosas que no tenían respuesta en su tiempo, seamos honestos con los creyentes, estos cultos , religiones , o como se les quiera llamar fueron creados por los hombres y como tal obedecen a intereses creados a lo largo de la historia. Eso a nivel personal no se si compartes esa opinión, de las religiones se puede hablar muchísimo lo mismo que debatir sobre la existencia de eso a lo que ellos llaman "Dios" a la larga ... fue el hombre quien hizo a dios a su imagen y semejanza y no de la otra forma que ellos dicen.

Muy interesante tu blog, definitivamente más que el mio jejej.

Mis más cordiales saludos.\m/

danny oh dijo...

no te lei, pero lo voy a leer apenas termine de mandarte este sms que te toy escribiendo mientras veo lola :hueco, que por sierto estoy viendo desde que dijisste que la veias.






ni me acorbaba que me habia hecho un blogg xD, ni se pa que me lo hise xD


besitos mi karencita:rojo:



mañocito.

Claudita dijo...

:o casí lo leo todo pero no pude pk me dolieron los ojos :razz:


mi único aporte es ke la religión y sea cual sea el nombre ke a esta le pongan es la misma mierda con distinto olor XD

un besote karencita te kiero mucho

Clau...

Anónimo dijo...

Que bueno que le saques provecho a la página..

El cristianismo se hace fuerte debido a que en el pasado se jugaba con el miedo de la gente y además se encargaron de eliminar todo tipo de grupos o religiones que no tuvieran las bases del cristianismo (es el caso de los cátaros, que fueron perseguidos y exterminados), con el islam pasa algo distinto, ya que la gente se rige bajo ésta ideología, autoritaria, radical

Como bien se dice en el texto el cristianismo eestá en franca decadencia, ya que cada vez la gente obtiene más conocimientos(leí que a medida que el ser humano se hace más rico en conocimientos menos cree en un dios como creadorde un todo, con ésto no quiero decir que la gente que crea sea ignorante.)

Si quieres puedo compartir un video de una ejecución musulmana(es fuerte, una mierda su religión y sus leyes), también un par de discos.. ahí me avisas..

Saludos

por ahora te dejo una frase de pelicula para tu lista..

"Estoy cansado jefe..Estoy cansado de vagar por las calles, solo como un ave bajo la lluvia, sin alguien que me acompañe o me diga a dónde vamos y por qué, estoy cansado del dolor que veo a diario, pero por sobre todo estoy cansado de la maldad de la gente. Es como si tuviera trozos de vidrio en la cabeza. ¿me entiendes?"

The Green Mile.

Algo asi decía no recuerdo bien..

salutes..

Anónimo dijo...

buen material el que pusiste sin duda algúna, pero cómo díce camarada_maltus (aunque discurro de su opinión en el hecho de que la religión nubla la mente, no siempre es así) el hombre crea y cree en la religión por imposición social y por que hay fuerzas que aún no están en su total comprensión, igual y en estos días me hago de algúnos libros de teología, leer tu blog volvió a darme sed de conocimiento lol